martes, 5 de febrero de 2008

LA MANO DE DIOS



Desde los albores de la humanidad han existido personajes que al poseer esa maravillosa herramienta denominada "Poder" sólo la han utilizado para la degradación humana. La han puesto al servicio de la miseria y la muerte sin asco ni remordimiento, negando la verdad hasta el instante postrero de la muerte. Estos sin duda son los cobardes, que pareciera, son necesarios para el cumplimiento de algún designio divino o extraterreno.

Siglos nos separan desde aquella escena en la cual El emperador Azoka El Grande contempló desde cima de un monte, el dantesco escenario de cientos de miles de muertos dispersos en un campo de batalla, ese fué el momento de su iluminación que orientó su espíritu a un estado supremo de sabiduría, necesario para una justa administración del poder que ejerció desde ese instante a sus gobernados. Su muerte la recibió en paz sin motivo o necesidad de arrepentimiento alguno.

Diego..."Qué mano de cual deidad movió tu mano, para tocar esa pelota y mandarla impunemente al fondo del arco nublandote además la razón que te hace negar la trampa infame".
En tu mano has tenido la gloria de toda una nación ¿ Donde está él poder de tu ejemplo, la verdad ante todo, clave para la redención final de tantos errores?