lunes, 11 de febrero de 2008

USTED JUEGA, SR. SPOCK .

Las variantes en el ajedrez son ilimitadas, es un juego extraño y maravilloso que excede los límites de un simple tablero con piezas de distinto color y forma, es en sí mismo un universo de posibilidades en el cual el jugador deja de ser un protagonista y se transforma en un espectador del misterio. De pronto la obsesión que provoca es tal, que una simple escena de un capítulo de la serie televisiva de ciencia ficción " Viaje a las Estrellas", motiva a un estudiante universitario de Astronomía en la década de los noventa, a crear reglas para una variante tridimensional del arcaico juego. El tablero consiste en siete diferentes niveles, tres de los cuales son de posición fija con 16 escaques y cuatro móviles de cuatro escaques Parece simple...... Usted Juega, Sr. Spock.

EN BUSCA DE BOBBY FISHER.






Sin duda que la muerte del Ajedrecista "Islandés" Bobby Fisher sitúa a este juego ciencia en tema para diarios y revistas en todo el mundo. Las agencias de noticias centralizan la discución en la posición del genio del trablero respecto a supuestas persecuciones a las que fué sometido durante años ya sea por el FBI, CIA, KGB u otros Servicios de Inteligencia. Pero lo esencial no se discute. Su valía es indiscutible y no existe aún un reemplazante en el ambiente ajedrecístico norteamericano. Puede morir el hombre, pero nó sus obras, en este caso sus partidas y el mítico Campeonato del Mundo ganado al Soviético Boris Spassky. Hoy leí un estupendo artículo sobre el esfuerzo de un padre para transformar a su hijo en un genuino heredero del genio . Sin duda el artículo En busca de Bobby Fisher, me ha traído a la memoria algunas imágenes de mi infancia cuando junto a mi padre jugaba ajedrez en el Club de Ajedrez de Chile ubicado en la esquina de la calle Serrano con Alameda, en la ciudad de Santiago de Chile. Frescas están en mi memoria las imágenes de mi participación en el Campeonato Nacional Infantil de Ajedrez en al año 1978 y mi partida ante Andrés Steckel, hijo de un gran Campeón Chileno. Eran tiempos en que el tablero ejercía una extraña influencia en mí. desplazando todo lo demás a un segundo o tercer plano. Además de ser entrenado por mi padre en estrategias de aperturas, teoría de peones, medio juego y finales sin duda jugaba sintiendo gran placer e intuitivamente movía las piezas a ganador no importando la edad o talante del contrincante. Cierta vez en una ronda de tres partidas, en la que mi oponente resultó ser el jefe de mi progenitor, las tres derrotas consecutivas infringidas a un hombre que me triplicaba en edad, casi ponen en riesgo la economía familiar como años después me lo reconociera mi padre.